Etapa 32: Bera de Bidasoa - Cabo Higuer

Por fin ha llegado el día. Al despertarme miro por la ventana y veo niebla. Da igual, hoy no importa el tiempo. Bajo a desayunar, me preparo la mochila y comienzo a caminar a las 9.

Cruzo rápidamente Bera. Hoy no siento el cansancio, subo por una pista, la pendiente es suave, hoy hay poco desnivel.

El puente de San Miguel

Dejando atrás Bera

Después de una breve subida llega una breve bajada, y luego otra breve subida. O tal vez no sean tan breves, pero la verdad es que se me pasan volando. Finalmente, después de superar un collado, el Cantábrico aparece a lo lejos por primera vez.

El embalse de San Antón

Ya se ve el Cabo Higuer

Acabo la última bajada y llego a Irún. A partir de aquí sólo queda asfalto. Voy avanzando, cruzando semáforos y esquivando gente. Es una situación diferente a la de los últimos 31 días. Llego a Hondarribia, está pegada a Irún. Llego al centro, paso por el barrio pesquero y llego al paseo marítimo. Ya casi está.

Llego a Hondarribia

El parador de turismo

Una bonita plaza

El paseo marítimo

Voy caminando y se me escapan risas. No sé qué pensará la gente, me da igual. El paseo marítimo no se acaba nunca, se me hace interminable, consulto el GPS varias veces para ver cuánto falta. Al final llego a un sitio donde el GR me dirige hacia una especie de camino de ronda que baja hacia las rocas. Tiene desvíos hacia las calitas. Tras varias vueltas, aparezco junto al faro.

El camino final

El faro

No se porque, pero pensaba que podría acceder a él, pero no se puede. Junto a él sale un caminito que va hacia el cabo. Lo sigo, hay un momento en que empieza a bajar, la gente se queda aquí pero yo sigo hasta que ya casi toco el agua. Ya no puedo bajar más.

Ya no puedo ir más lejos

He llegado al fin. Después de 32 días, de muchos kilómetros y metros de desnivel, de alguna ampolla y rozadura, de muchos madrugones, de muy pocas (que gran suerte) lluvias y algunas nieblas, de algunas caídas sin importancia, de grandes, muy grandes paisajes, de conocer gente, de echar de menos a gente, de horas de teléfono, y de tantas otras cosas que ahora no me vienen a la cabeza, se acaba esta experiencia única. Es imposible decir lo que se siente, ni siquiera yo mismo lo tengo claro, supongo que me faltan unos días para procesarlo. Me siento en una piedra y miro como las olas rompen...

Y aquí un pequeño resumen de la última etapa:

Pero aquí no se acaba la historia. La vida es una sucesión de retos, cuando consigues uno, otro tiene que venir a continuación, sinó todo sería un aburrimiento.

Cuando, llegando a Canfranc, vi una señal del Camino de Santiago, se me encendió la lucecita. Si tiene una distancia similar al GR11 y, según dicen, menores desniveles, ¿ porqué no hacerlo, empalmando ambos recorridos ?. Se trataría de, al llegar a Hondarribia, empalmar con el Camino de Santiago de la costa. Al principio me pareció una locura, pero poco a poco fuí convenciéndome de que era posible. No duraría un mes, pues al ser mas fácil puedo ir más rápido, y además no necesito más material del que ya llevo.

Así que desde Canfranc he estado madurando la idea y planificando las etapas (el tema de los albergues está mejor resuelto y es más barato). Al llegar a Roncesvalles el ambiente de peregrinaje que viví me acabó de convencer.

Por ello, estoy muy contento de anunciaros mi nuevo blog, donde iré relatando toda mi nueva aventura que comienza mañana mismo y que se alargará un mes más, para así completar el recorrido integral del Mediterráneo al Atlántico, sumando en total casi 1700 kilómetros:

http://elcaminodesantiagodexavi.blogspot.com

Espero que os guste y que me sigáis como lo habéis hecho en este blog que ahora termina.

Y hoy si que estoy contento como un niño: